CAUTIVERIO
En el silencio de mi habitación oscura,
donde la luz solo se asoma por rendijas,
te dibujo con la tinta de mi desventura,
en las páginas de mis memorias vacías.
Tus manos, fantasmas acarician mi piel,
tus besos, ecos de un amor que ya no es,
tu voz, un murmullo, hoy cargado de hiel,
sin vestigio de las mieles de aquel alyer.
Soy prisionera de mis pensamientos,
encadenada a la reja de mi soledad,
percibo el pasar de los días sin aliento,
esperando una señal, hacia la libertad.
Las paredes me susurran tu nombre,
los rincones me recuerdan tu amor,
en cada esquina percibo tu aroma,
un tormento que me llena de dolor.
Sueño con escapar de este cautiverio,
con romper las cadenas de este amor,
de encontrar la paz, en brazos del olvido,
dejar de ser prisionera del amor, perdido.
Pero sé que solo es una ilusión,
un espejismo en el desierto de mi corazón,
pues tu recuerdo me persigue sin compasión,
y me mantiene cautiva, en mi propia prisión.
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